Hace unos siglos, los héroes protegieron al continente de varios desastres e invasiones.
Para conmemorarlos, se recogieron sus banderas de guerra representativas en el Salón de las Almas.
Cuando volvió la peste, los descendientes acudieron a los héroes muertos, les rezaron, adquirieron la habilidad de convocar a sus espíritus y volvieron a ganar.
Más tarde, las personas con esta habilidad especial también fueron conocidas como el clan del alma.